miércoles, 14 de abril de 2010

Crónica cultural II

Sucio

Viernes a la noche, salgo de un teórico de la facultad y me voy para el teatro El Cubo del Abasto, antes me encuentro con Lucho, un amigo y tomamos unas cerves, él ya compró las entradas con un descuento 2x1, creo que de otra manera se hubiese complicado ir al teatro, que es algo que me gusta pero que se esta volviendo cada vez más un lujo por lo caro que están las entradas.
Hablamos de esto mientras caminamos hasta el teatro y llegamos justo, entramos.
La obra es “Sucio” protagonizada por Guillermo Arengo, Carlos Casella y Juan Minujin y dirigida por Ana Frenkel y Mariano Pensotti.

¿Qué es “Sucio”?

Sucio es un encuentro de tres hombres que no se conocen en un lavadero automático. Cada uno con su canasto de ropa y de historias sucias.
Sucio es comedia realista con momentos surrealistas de ópera rock.
Sucio es el diálogo de tres soledades, porque el hombre nace solo acá y muere solo allá -dirá uno de los personajes-, y en el medio soledad, soledad, soledad.
Sucio es el hombre ¿postmoderno? en la lucha entre el impulso primitivo ancestral de macho alfa y el impulso sensible de necesidad de afecto; es el hombre que tiene que hacer un laburo de macho estoy-en-el-tacho-doce-horas-por-mi-familia-mira-ese-trava-le-rompo-el-orto- y que tiene que demostrar tener los huevos bien fértiles un-polvo-un-pibe-estás-ovulando-llamame-te-hago-un-pibe-un-polvo-un-pibe; pero también es el hombre que extraña a una mujer y canta “I wil always love you” de Whitney Houston y el que llama a la ex para pedirle perdón por insistirle en que se acueste con su padre y que le dice que quiere volver al contestador automático en los tres, cuatro, cinco mensajes que deja.
Sucio es el hombre con otros hombres hablando cosas de hombres, el que se asusta y se aleja del abrazo del otro y el mismo que después lo pide a gritos, es el que se permite hablar no sólo de fútbol lejos del limite de la mirada de la mujer.
Sucio es el hombre que le huye a las mujeres por haber sido obligado por tres vecinitas a hacer un video porno en vhs a los ocho años y el que hace rato no está con una mujer y quiere sexo con cualquier cosa, el que se les trepa como un perro en celo a los otros y también a un oso de peluche.
Sucio es el hombre que se lava historias con el ruido de fondo de las máquinas que le lavan la ropa.
Sucio está escrito entre otros por una mujer y no es casual, seguramente un hombre no se hubiese animado a describir los aspectos más patéticos y más reales de la masculinidad actual (así como ninguna mujer hubiese descrito el mundo femenino como lo hace Almodóvar).
Sucio es el hombre que no se da cuenta de que sólo es un chico mirando un espectáculo de fuegos artificiales, y que por no darse cuenta es un chico ciego mirando un espectáculo de fuegos artificiales.
Sucio es estar sucio y saber que todos lo estamos, es el encuentro con la suciedad del otro para entender que no somos los únicos que tenemos que ir al lavadero, o al teatro.

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