La mentira del pescador
“Una gran mentira es como un gran pez en tierra; podrá agitarse y dar violentos coletazos, pero no llegará nunca a hacernos daño, no tenemos más que conservar la calma y acabará por morirse.”
La mentira puede ser un pez en tierra que en menor o mayor tiempo morirá asfixiada por el oxígeno sin agua.
Sin embargo antes dará violentos coletazos y sí puede hacer mucho daño.
El camino de la mentira es el más fácil y el más dañino.
Mentir es fácil, sólo hace falta voluntad de tergiversar los hechos a favor intereses particulares, de una clase particular, de un grupo particular.
Y el camino de vuelta también es sencillo, cuando la mentira murió, fue descubierta, y desenmascarada, son incontables los daños que habrá dejado a su paso y será sencillo el camino del olvido. La sociedad olvida porque es, somos, cómplices.
Mirar para otro lado cuando la mentira golpea con violentos coletazos al de al lado hasta herirlo de muerte es fácil, tan fácil como hablar de ella y de cómo vimos que mataba al otro y no pudimos hacer nada.
Como vemos la mentira también se reproduce y una vez muerto, ese pez enorme deja huevos que empiezan a romper en todos lados, en muchas personas.
Devolvamos los peces al río, los grandes y los pequeños; devolvamos la verdad a los cuerpos que el río se cobró por todos los peces que decidieron invadirnos; y que él nos devuelva los cuerpos que no dejarán que pescadores, vestidos de verde odio, los sigan negando, nos sigan mintiendo.
Que se mueran los peces por fin, que aparezcan los cuerpos que sus pescadores usaron de carnada.
miércoles, 14 de abril de 2010
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