miércoles, 14 de abril de 2010

Princesa

A veces Carlos es princesa pero sobre todo a mitad de la noche, digamos a la cuatro. La casa está en silencio y en silencio es princesa. El baño está limpio Sandra y su obsesión con la limpieza limpio. No hay ruidos todo está callado no puedo gritar gemir porque Sandra escucharía callado. Sólo hay olor a desinfectante pero imagino el olor de su entrepierna desinfectante. Lo imagino macho morocho alto grandote macho, todo está perfecto limpio y seco salvo mi mano ahora mojada porque ay ay ay como princesa ay ay ay perfecto.
A veces Carlos es princesa pero casi siempre se levanta temprano y Sandra está al lado. La besa, pero ella no lo mira y sigue durmiendo porque no trabaja. Desayuna, piensa en la oficina y se olvida que a veces se levanta a mitad de la noche. Agarra el portafolio y va al cuarto de su hija de seis años, la besa y siente culpa porque juega igual que ella.
Maneja y la ciudad y los autos, putea y no es princesa. Pero, ese canillita tan morocho tan joven tan sonrisa dulce.
A veces llega a la oficina y como siempre ese chico nuevo tan lindo nunca tendría que haberlo tomado nuevo y es tan princesa.
Una vez un lunes el chico le sonríe y Carlos se siente más princesa que nunca. Ycomo otras veces solo en su baño limpio ahora está con él. Y aprovecha al mediodía cuando no hay nadie y el chico nuevo le trae un informe sobre los números del trimestre en las ventas de la región. Y Carlos se olvida porque esas no son cosas de princesa y lo mira y el chico no aunque sienta esa mano suave que lo roza en su entrepierna y entonces salte y mire a Carlos y se vea que no entiende a algunas princesas y Carlos se disculpe con una disculpa perdón pensé cabeza gacha disculpa.
Una vez Carlos pasa las horas que restan del día en su oficina y no baja a comer. Sale a la seis despavorido huyendo y la mirada del chico nuevo y maneja, hasta su casa con tristeza princesa triste princesa humillada tristeza. No ve ningún canillita..
A veces Carlos llega a su casa cuando no hay nadie, digamos a las ocho Sandra está con la nena en danza porque es miércoles o lunes ocho. Y corre desesperado al cajón de Sandra y busca una bombacha una roja o blanca o rosa princesa. A veces se la pone y se mira al espejo y sueña, con el chico nuevo porqué lo tomé nunca tendría que pero es tan lindo y esa sonrisa ojalá algún día la entrepierna esa entrepierna le queda tan bien ese traje ay ay ay nuevo. Y mira alrededor de la habitación ordenada tan perfecto el espejo la alfombra el cubrecama todo limpio salvo mi mano sucia ahora ordenada.
A veces llega a su casa y es princesa y siente culpa.
A veces, digamos que siempre los lunes, digamos que a veces los miércoles, Sandra llega a su casa con su hijita de danza. Carlos es mejor marido que nunca y encuentra el cajón del placard siempre revuelto. A veces duda y a veces sabe y prefiere no saber.
Una vez Carlos llega a su casa un lunes desesperado como siempre o más y busca el cajón de Sandra y agarra una bombacha y no llega a ponérsela y en el espejo ve como siempre una princesa pero ahora llora llanto bombacha en las rodillas llanto.
Una vez un lunes Sandra llega con su hijita y grita fuerte Carlos fuerte Carlos estás fuerte ya llegamos y entra al cuarto y llora una sola lágrima como la que tiene la princesa con bombacha rosa hasta las rodillas y silencio hijita no veas le pone la cabeza junto a su pierna ni bien la hijita entra al cuarto que le pasó a papá silencio y mira alrededor todo tan ordenado limpié hoy hasta Carlos con mi bombacha lo sabía en la rodilla parece combinar con los muebles ordenado, salvo las pastillas todas desperdigadas en la cama y en el piso y en el mueble el frasco nada parece alterar el orden de hoy a la mañana, ni siquiera la princesa sobre mi cama con mi bombacha en las rodillas.

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